La revista Campo Canario de la Asociación de agricultores de Canarias (ASAGA) publica en su número 123 una extensa entrevista a nuestro enólogo Pablo López. Te reproducimos el texto íntegro de la misma.
Revista Campo y Mar. Num123 Enero
En el municipio vitivinícola de Tacoronte, encaramada en lo alto de una ladera, cara al mar, flanqueada por tres hectáreas de viñedo y acoplada a una casa del siglo XVII, se camufla la bodega El Sitio, un proyecto del empresario Francisco González Yanes que surgió en el año 2012. Su enólogo, Pablo López Betancort, explica que esta iniciativa nació con dos aspiraciones. Por un lado, proyectar la identidad canaria en sus vinos empleando aquellas variedades consideradas autóctonas de las islas (Vijariego, Baboso y Forastera Gomera), únicas en el mundo y desconocidas en el exterior, para aprovechar su máximo potencial enológico y, por otra, generar el menor impacto paisajístico posible con su construcción. Soterrada en su mayor parte, la estructura pasa desapercibida a la vista y se caracteriza por su funcionalidad y sostenibilidad, al emplear placas solares para autoabastecerse energéticamente y contar con su propia depuradora de agua.
López relata que cuando le plantearon el proyecto en 2011 se convirtió en un “reto motivante” desde el punto de vista profesional. Lo primero fue encontrar la localización adecuada para construir la bodega. Debía reunir tres requisitos: estar ubicada en una zona vitícola de la isla, tener unas vistas privilegiadas y contar con una casa antigua para restaurar. Encontraron la combinación perfecta en la calle Barranco San Juan 47 de este municipio norteño. Lo primero fue abancalar las tres hectáreas de terreno disponible, recuperar el sistema de riego y plantar el viñedo de la variedad tinta Vijariego Negro. Comenzaron así su andadura y en 2015 obtuvieron su primera cosecha. Un año más tarde, el blanco y tinto de bodega El Sitio recibieron la medalla de Oro en el concurso de Agrocanarias del Gobierno de Canarias y repitieron galardón en el Certamen Internacional de Bruselas.
La bodega se autoabastece con placas solares y dispone de una depuradora de agua propia.
Este exitoso arranque les animó a arrendar otras parcelas para seguir cultivando y ampliando su oferta de vinos en el sur de Tenerife, El Hierro y La Gomera. En total, 70.000 metros cuadrados. De esta forma pueden trabajar con varietales autóctonos procedentes de diferentes zonas que, tras su paso por la bodega, embotellan hasta siete referencias bajo la Denominación de Origen Protegida (DOP) Islas Canarias. Para este enólogo trabajar con esta DOP es una forma de que “nos puedan identificar mejor en el exterior haciendo alusión al territorio de donde nacen nuestros vinos. Históricamente, el nombre de Canarias ha estado asociado a los vinos que se producían en esta tierra y por ellos reconocida. Hacer uso de esta denominación es una manera de que nuestro reconocimiento como zona vitivinícola en el mundo siga presente y no se pierda”
Bodega El Sitio tiene una producción limitada de 50.000 botellas al año. “Es un producto destinado a un público selecto que busca vinos singulares y exquisitos”, sostiene el técnico en enología. La mayor parte de su cosecha sale al exterior a países como Venezuela, Estados Unidos y Suecia y el resto se queda en las islas donde continúan consolidando la comercialización de estos embotellados. Reconoce que “el mercado canario valora menos lo local y por eso cuesta más asentarlo en las islas”
En el exterior, “el papel de los distribuidores nacionales e internacionales es fundamental para dar a conocer nuestro producto y venderlo. Sin su trabajo, sería imposible conseguirlo. Tenemos que aprovechar que Canarias y los vinos canarios cada vez son más conocidos. Ahora están de moda y por eso hay que saber aprovechar el momento para asentarnos en el mercado e ir creciendo de manera continua en el tiempo pero para conseguirlo también es necesario que el sector esté unido. Cuántos más seamos, más fuertes podemos ser y mejor podremos vender nuestro producto”, subraya este experto.
EL ABANDONO DE LA VITICULTURA
Mientras los vinos canarios crecen en imagen y reconocimiento por su calidad en todo tipo de certámenes, en casa la viticultura no está pasando por uno de sus mejores momentos. El abandono de la viña preocupa y mucho. Desde 2015 a 2018, últimos datos del Gobierno de Canarias, solo en Tenerife se perdieron por el camino cerca de 700 hectáreas. En la actualidad sobreviven en la isla apenas 3.000 hectáreas. Los motivos de esta pérdida hay que buscarlos en el precio de la uva en origen, muchas veces por debajo de los costes de producción de los agricultores. “Sin rentabilidad, no hay viticultores profesionales y el sector retrocede”, lamenta López.
La solución, entiende este experto, pasa por “actuar desde diferentes frentes para evitar que esto siga ocurriendo. Hace falta unidad de acción por parte del sector y de las administraciones compe- tentes para buscar un modelo que nos ayude a reestructurarnos y evitar que los viticultores abandonen”
Con una producción limitada 50.000 botellas al año, exportan a países como Venezuela, Estados Unidos y Suecia.
PULIR LOS TINTOS
Partiendo de que “tenemos unos tintos espectaculares”, para el enólogo de bodega El Sitio, que prevé sea visitable este año, el trabajo que han realizado los agricultores para mejorar su calidad a base de crianza en madera va por buen camino ya que la finalidad de este proceso se traduce en una mayor durabilidad y versatilidad de este tipo de vinos. “No se trata de cambiar variedades ni identidades porque para quienes consideran que nuestros tintos pueden parecer ácidos y azufrados, se trata de notas varietales características de nuestro territorio. Tan solo es necesario pulir algunos aspectos para seguir mejorando”
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